La jubilación es disponer que, por razón de vejez, largos servicios o imposibilidad, y generalmente con derecho a pensión, cese un funcionario civil en el ejercicio de su carrera o destino.
La mujer en la antigüedad se encargaba de asuntos del hogar y de los hijos porque el hombre era quién proveía, por ello dependía de él.En los próximos post, el régimen mundial apoyado en la exigencia consumista, en la superproducción, con la depresión económica y el empobrecimiento de las familias, obligó a la mujer a dejar a sus hijos para trabajar con el propósito de apoyar a su pareja a conllevar los gastos.
Sometidas a arduas horas de jornada, dejando a un lado su sensibilidad, encargándose de puestos altamente estresantes donde el tiempo es sinónimo de sometimiento en el cargo, y cumpliendo el deber en la casa con los hijos y tareas en el hogar. La mujer es trabajadora, madre, asesora, consejera y esas actividades no son de jubilación.
La jubilación en la mujer debe ser igualitaria, puesto que se pretende cortar el tiempo de intelecto puesto que la mujer llega a la cúspide de sus posibilidades intelectuales y productivas; originándose nuevamente los rezagos de discriminación a la mujer.
Tratan de sellar la historia de profesionales exitosas con dinero, no permitiendo el desarrollo directivo a plenitud, galardones que estimulan su vida laboral, dejándolas solo como colaboradoras y no más como líderes empresariales; volviéndolas nuevamente a la casa a “cuestiones domésticas”.
La situación laboral de la mujer desde el enfoque médico y demostró que ellas están más expuestas a trabajos precarios, a las lesiones musculoesqueléticas, al estrés, a la lumbálgia, a la violencia y al contagio. Si a todo esto le sumamos su responsabilidad como madre, esposa y ama de casa, este derecho a la jubilación especial debe ser defendido en todo el país, no hablemos de revolución, hagamos la revolución indico.
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